Investigadores argentinos desarrollaron un guiso deshidratado para combatir el hambre

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Un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) elaboró un alimento deshidratado completo, con alto valor nutricional, destinado a alimentar a los sectores más vulnerables de su región.

Ante uno de los flagelos más alarmantes de nuestro tiempo: el hambre, y con la alarmante cifra que indica que más de la mitad de los niños de Argentina son pobres, un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) ha volcado el conocimiento y las tecnologías propias de una casa de estudios superiores para desarrollar un alimento deshidratado completo, con alto valor nutricional, destinado a alimentar a los sectores más vulnerables de su región.

Esta iniciativa, denominada “San Luis come”, consta de un guiso deshidratado, elaborado a base de cereales, legumbres, verduras y hortalizas producidas en el cordón verde de la localidad puntana de Villa Mercedes, que luego son disecadas por un equipo conformado por ingenieros en alimentos, agrónomos y nutricionistas de la Planta Piloto de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA) de la UNSL.

Allí se obtiene un alimento fácil de distribuir, rico en vitaminas y proteínas, y capaz de alimentar a personas de todas las edades, que solo necesita de un poco de agua caliente para su consumo.

“A partir de proyectos que se forjaron desde el gobierno nacional, como ‘Argentina contra el hambre’, a nosotros se nos dio la oportunidad de aportar a nivel local, y ojalá también a nivel regional, la cuestión de poner tecnología a los alimentos, es decir, usar las ventajas comparativas que tenemos en la universidad para pensar cómo producir algo potente y fácil de hacer desde lo nutricional para poder combatir el flagelo del hambre de manera directa”, explicó Víctor Moriñigo, rector de la UNSL, en diálogo con el Suplemento Universidad.

Si bien el proyecto está listo y preparado para su consumo desde hace un tiempo, como la planta piloto no posee una gran capacidad productiva –ya que nació con un objetivo meramente educativo para que los estudiantes aprendieran las prácticas mientras estudiaban–, la iniciativa se encuentra a la espera del apoyo gubernamental necesario para poder abastecer a los sectores que más lo necesitan.

“Ojalá que lo podamos tener escalado en cantidad para que al menos los comedores más necesitados de San Luis sean los primeros que tengan acceso a este tipo de alimento. Por eso estamos charlando con el Ministerio de Producción provincial para tratar de que se comprenda que nosotros tenemos una planta piloto de alimentos, pero que es para enseñar y para estudiar, no para producir 50.000 raciones diarias”, sostuvo Moriñigo.

La idea de la universidad es abastecer a comedores escolares y barriales de bajos recursos, al mismo tiempo que fomentar la producción agrícola de Villa Mercedes agregando valor y conocimiento desde su planta de alimentos.

El rector de la UNSL subrayó: “Queremos tratar de articular cuánto destina el gobierno provincial para sostener la alimentación de estos comedores, que generalmente están en barrios muy complicados a nivel social acá en San Luis, y tratar de que esa inversión la hagan en la universidad y nosotros proveerles el producto final, que es ‘San Luis come’”.

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