Día Nacional del Bombero Voluntario, ¿por qué se celebra hoy?

Información general

El 2 de junio se celebra en todo el país el Día Nacional del Bombero Voluntario en honor a la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios de La Boca.

Antecedentes Históricos

Un decreto del 8 de diciembre de 1860, firmado por el gobernador Ocampo y suscripto por Sarmiento en carácter de ministro, es la primera medida oficial referente a la formación de un cuerpo de bomberos. El Jefe de Policía Rafael Trelles debía poner a disposición del Juzgado de Paz de Barracas al Norte una bomba con sus útiles y luego “organizar una compañía de bomberos de los vecinos idóneos, para que adiestrándose en su manejo, puedan ocurrir a extinguir los incendios que ocurriesen”.

El 25 de agosto de 1870, el barrio de La Boca del Riachuelo se independiza de Barracas al Norte, al crearse la parroquia San Juan Evangelista y el Juzgado de Paz siendo sus límites las calles Defensa, Martín García, Pedro de Mendoza y el Riachuelo.

Mientras tanto los incendios se combatían de manera primitiva, con vecinos voluntarios, sin organización ni experiencia. Aunque la carta orgánica de la Municipalidad de Buenos Aires obligaba a tener servicios contra incendios; el gobierno seguía ignorando la necesidad. Fue desde la repartición policial a cargo de Enrique O’ Gorman, un 2 de enero de 1870 que se destinaron treinta vigilantes para ejercer como bomberos, con lo que se creaba el Cuerpo de Bomberos de la Capital. Una ciudad que encontraba su límite oeste en las calles Castro Barros-Medrano. Una superficie demasiado grande para atender las necesidades de los vecinos.

En 1876 el presidente Nicolás Avellaneda sancionó la primera Ley a nivel nacional de inmigración y colonización. La afluencia inmigratoria creció a ritmo sostenido, transformando la vida social de la Argentina.

La Boca del Riachuelo, que por aquellos tiempos era un suburbio, comenzó a recibir el flujo incesante de inmigrantes, mayormente italianos y de origen humilde, que buscaban progresar en esta nueva patria. El barrio crece y se puebla de conventillos, viviendas construidas a partir de los rezagos de los astilleros de la zona, maderas, chapas, pinturas. Viviendas muy precarias y de fácil combustión. Las calles eran de tierra y el acceso se hacía intransitable en días de lluvia, por lo que el pedido de auxilio y el posterior socorro del cuerpo de bomberos se hacía imposible. La sudestada solo podía empeorarlo. Muchas veces los incendios terminaban cuando ya no había nada más combustible.

Origen solidario

En diciembre de 1883 se desató un voraz incendio en  Corti y Rivas, un reconocido comercio ubicado cerca de la ribera y en lo que hoy es la avenida Almirante Brown. Las lenguas de fuego salían por las puertas y ventanas del comercio y las llamas se esparcían velozmente amenazando propagarse y extenderse hacía las construcciones vecinas.

Entre el público que estaba mirando emergió un joven de 20 años gritando: “¡Adelante los que se animen, vamos apagar el incendio!” Rápidamente se formó una cadena en la que hombre y mujeres portaban baldes con agua, que se llenaban en el río, para atacar el fuego. Oreste Liberti se había convertido en el improvisado jefe de ese grupo de Bomberos.

Motivados por este suceso, a principios de 1884, Don Tomás Liberti junto a sus hijos Oreste Liberti, Atilio Liberti y un grupo de reconocidos vecinos reunidos en su casa, decidieron organizarse y hallando viable la iniciativa, hicieron circular una invitación escrita en italiano:

«Concittadini! Una scintilla potrebbe sviluppare un vorace incendio da ridure in cenere le nostre case in legno. Abbiamo bisogno di una societá de Pompieri che nel momento del pericolo salvi i nostri beni e le nostre famiglie. A tale scopo vi invitiamo alla riunione che avrá luogo domenica p. v. alle ore 3 pom nell’ Ateneo Iris.
Concittadini! L’ idea iniziata da pochi ha bisogno di voi tutti e con il vostro valido appoggio avremo l’orgoglio di aver costituito un’ Associazione utile e filantropica.
Domenica, adunque, all’ Ateneo Iris; nessuno manchi all’appello».

«Ciudadanos: Una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas
nuestras habitaciones de madera. Tenemos necesidad de una sociedad de Bomberos que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo los invitamos a la reunión que tendrá lugar el domingo próximo a las 3 pm en el Ateneo Iris.
Ciudadanos: La idea iniciada por pocos tiene la necesidad de todos vosotros y de vuestro válido apoyo, y tendremos el orgullo de haber constituido una Asociación Filantrópica.
El domingo entonces en el Ateneo Iris. Que nadie falte».

2 de junio de 1984

El domingo 2 de junio de 1884, ante una gran convocatoria, Liberti expuso los propósitos y la conveniencia de la institución. Tras un breve debate se aprobaron las bases para la formación de la “Asociación Italiana de Bomberos Voluntarios de la Boca”.

La primera comisión directiva quedó definida con los siguientes ciudadanos ilustres:

Presidente: Tomás Liberti
Tesorero: Lázzaro Baglietto
Secretario: Andrés Benvenutto
Vocales: José Ragozza, Ángel Descalzo, Luis Paulinelli, Santiago Ferro, Romeo Scotti y Esteban Denegri.

Estuvieron presentes los hermanos Oreste y Atilio Liberti, Lázaro Paglieti, Esteban Romero, Andreotti, Baglietto, Taddei, Zampieri, Bozzano, Accinelli, Grillo y Schiaffino.
También José María Buyo, un gran propagandista de las organizaciones de bomberos voluntarios y gerente de la compañía “La Mutua” de seguros contra incendios. Aquel día compartió sus conocimientos y ofreció un Reglamento de la Compañía de Bomberos que había redactado e impreso muy poco tiempo antes. Fue reconocido como “primer socio benemérito”.
Ese 2 de junio no se trataba de un día cualquiera, se conmemoraba además un nuevo aniversario de la muerte del Héroe de dos mundos y caballero de la humanidad José Garibaldi.

Las oficinas se instalaron en una casilla de madera en la calle Necochea, entre Lamadrid y Pedro de Mendoza. Al frente se colocó un letrero que decía “Volere è potere”, que en genovés significa “Querer es poder”. Palabras y lema del fundador de la institución.

El 2 de agosto de ese año el primer procurador de la Nación aprobó los estatutos de la Sociedad, reconociéndose a la entidad como de servicio público y brindándole la correspondiente personería jurídica.

Mientras la masa societaria aumentaba en forma paulatina, el Círculo Dante Alighieri hace su primera representación a beneficio y organizan una rifa–bazar, emitiendo 500 acciones que fueron cubiertas en forma total en poco tiempo. La institución ya contaba con 25 bomberos voluntarios. Con los fondos reunidos adquirieron la primera bomba de incendio a la que bautizaron con su lema.

El cuerpo de bomberos se fue constituyendo y adiestrándose paulatinamente. Varios meses después llegó la acción. Un voraz incendio se desató en una gran fábrica de velas de Barracas al Sud (Avellaneda). Con apenas una bomba de mano y mucho entusiasmo los Bomberos Voluntarios de La Boca tuvieron su bautismo de fuego.

Fuente: Bomberos Voluntarios de La Boca

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