La Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático difunde soluciones que contemplen la profundidad de la problemática.
«Bajo un contexto socioambiental desafiante, con el cambio climático agudizando el riesgo a desastres climáticos y poniendo en jaque la seguridad alimentaria e hídrica, hallar soluciones que contemplen la profundidad de la problemática es realmente un reto», indicó Josefina Bordino, Licenciada en Recursos Naturales (FCAGR – UNR) y especialista en Planes de Acción Climática RAMCC..
Precisamente, en el afán de encontrar dichas respuestas, surgen las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), definidas por la UICN como “una metodología de planificación y gestión basada en el uso de la diversidad biológica y los servicios ecosistémicos para generar estrategias de acción coordinada y asistencia específica en la adaptación de personas u organizaciones frente a los efectos adversos del cambio climático”.
En este sentido, las SbN abordan al cambio climático de manera holística: integrando componentes sociales, ambientales y económicos, reducen la exposición y vulnerabilidad de las comunidades y en simultáneo promueven la conservación de los ecosistemas, biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los cuales todas las poblaciones se sustentan.
Asimismo, las SbN suelen ser más rentables que otras medidas a la hora de brindar soluciones de adaptación al cambio climático. En general, su implementación no demanda obras complejas que requieren presupuestos ambiciosos. Contrariamente, dependiendo del tipo de medida, las SbN implican la restauración y protección de los ecosistemas, como así también la gestión sostenible de los recursos naturales y la incorporación de infraestructura verde.
Si bien, estas estrategias son pensadas para la adaptación al cambio climático, su realización también trae aparejado beneficios en materia de mitigación al cambio climático puesto que, preservando ecosistemas sumideros de carbono, como humedales y bosques, se reducen las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Estableciendo el foco en los bosques, las políticas destinadas a la conservación de los mismos son un claro ejemplo de este tipo de SbN. Los bosques son el hábitat del 80% de la diversidad biológica mundial, al mismo tiempo brindan valiosos servicios ecosistémicos como lo son la purificación del aire y el agua, protección contra la erosión del suelo y deslizamiento de tierras, secuestro de grandes concentraciones de dióxido de carbono de la atmósfera y provisión de bienes naturales como alimentos, medicinas y más.
A su vez, las SbN son escalables; es decir, los beneficios no solo se obtienen a partir de la protección de ecosistemas enteros, sino que es posible implementarlas en menor escala e incluso en ciudades. Justamente, que las ciudades contemplen la forestación urbana, la incorporación de techos verdes y jardines de lluvia, entre otras numerosas prácticas, contribuyen a reducir los riesgos de inundaciones, a contrarrestar los efectos de la isla de calor urbana y, al fin y al cabo, representan un refugio para la biodiversidad urbana.
Desde la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), a través de los Planes Locales de Acción Climática (PLAC), impulsan a que los gobiernos locales adopten SbN en sus estrategias de adaptación al cambio climático. «Estamos convencidos que la implementación de este tipo de acciones es esencial para abordar el cambio climático de forma sistémica ya que se trata de medidas cobenéficas, eficientes, rentables y sinérgicas a la mitigación al cambio climático» indicaron desde RAMCC.