La reconocida marca de moda presentó las Paris Sneakers, una edición limitada con precios que llegan hasta los 1500 euros y que provocó reacciones de todo tipo.

Rotas, sucias y gastadas. Así lucen las zapatillas de la última colección lanzada por la reconocida marca de moda Balenciaga, las «Paris Sneakers». Se trata de una edición limitada de «100 pares de zapatillas destrozadas», como ellos mismos las describieron, y que en las últimas horas revolucionaron las redes sociales.
Es que si bien las zapatillas que están a la venta -y que van desde los 495 hasta los 1500 euros- no están realmente rotas y sucias, aunque en la campaña de fotos se haya exagerado ese estilo al máximo, la intención fue rediseñar un «clásico» con aspecto «gastado», para hacer la idea de que son «para toda la vida», explicaron desde la marca, en un mensaje que buscó llevar el debate también hacia el consumo responsable en la industria.
El propio director creativo de la marca, Demna Gvasalia, que desde su llegada a Balenciaga en 2015 apuesta al efecto clickbait y a la viralización de los productos con un estilo provocador, ayer posteó en Instagram las imágenes de la campaña hechas por el fotógrafo Leopold Duchemin, preguntando a sus más de 150 mil seguidores qué opinaban.
«Los pares extremadamente desgastados, que prueban que las Paris Sneaker están «destinadas a ser usadas durante toda la vida», como se explica en un comunicado de prensa, estarán limitadas a 100 pares en blanco y negro», escribió.
No es la primera vez que una campaña de la marca genera este tipo de polémica. Ya lo habían hecho con el lanzamiento de otros productos, como cuando lanzaron los bolsos que parecían las bolsas que la marca daba al comprar algo o las que se usan para ir al supermercado; o las crocs con tacos.
El precio y la reacción en las redes
Ahora bien, además de la polémica que se despertó en las redes sociales con las características de estas zapatillas “full destroyed”, hay otro ingrediente que sumó más leño al fuego de las controversias y es el que tiene que ver con el precio de estas aparentemente derruidas prendas para los pies. Se trata, ni más ni menos, que de su excesivo precio.
Mientras que un modelo convencional de estas zapatillas de goma y lona cuesta unos 450 euros (475 dólares), el diseño de las “totalmente destruidas” alcanza un precio que triplica (y más) el número anterior. Su costo, de acuerdo con la página oficial de Balenciaga España, es de 1450 euros (1575 dólares). Es decir, que si uno de los cien afortunados que quisiera adquirirlas se encontrara en la Argentina del dólar blue, debería pagar por ellas aproximadamente unos 316.500 pesos. Al oficial, unos 177.000 pesos. En ambos casos, ninguna bicoca.
“Si Cristóbal Balenciaga (el creador de la marca, en el año 1917) estuviera vivo y viera esto, se vuelve a morir”, dijo un usuario de Instagram, debajo de la información de estas zapatillas que realizaba la cuenta de BOF. Fue tan solo una de las miles de opiniones que cayeron como cataratas en la red de redes luego de que la marca de origen español lanzara su campaña de las particulares zapatillas París destruidas.
En las redes sociales hubo muchos cuestionamientos a la campaña de Balenciaga

“Siento que Balenciaga ya es un experimento para ver qué tan p… es la gente”, señaló esta vez un usuario de Twitter, que puso en su publicación las imágenes de los cuatro pares de zapatillas destrozados fotografiados por Duchemin. “Ya perdí la cuenta de los tuits que ponen que Balenciaga está haciendo un experimento para gente p… Pero no, no es ningún experimento. Se llama glamurizar fenómenos sociales, tomando estilos de las clases más bajas, ha existido siempre y se repite una y otra vez”, escribió otra tuitera, tratando de explicar el accionar de la marca.

“¿Quién me acompaña al basurero a buscar unas tenis Balenciaga?”, bromeó otra usuaria, en la línea de varios internautas que decidieron tomar a la broma la campaña de la compañía de ropa. “Alguien detenga al diseñador de Balenciaga, por favor”, bromeó otro, mientras que un tercero escribió: “Balenciaga miró al cielo y así fue como lanzó su nueva colección de zapatillas”. Junto a sus palabras, se veían fotos de las clásicas zapatillas usadas que suelen colgar de los cables que atraviesan las calles.
