El Congreso aprobó una norma para combatir la resistencia antimicrobiana. Qué implica la venta con receta archivada.
La Cámara de Senadores aprobó este miércoles la ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, que busca fomentar el uso apropiado de antibióticos y evitar la automedicación. Una de las estrategias en esta línea es que todos estos medicamentos se vendan con receta archivada, algo que ya ocurre con los psicofármacos. ¿Qué implica esto para pacientes, médicos y farmacéuticos? ¿Desde cuándo se necesitará el duplicado?
Según la legislación actual, corresponde la categoría de venta bajo receta archivada a «todas aquellas especialidades medicinales y medicamentos industriales constituidos por principios activos que, por su acción, solo deben ser utilizados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica, por la peligrosidad y efectos nocivos que un uso incontrolado pueda generar».
La receta archivada implica la entrega de un duplicado, que debe completar el médico, para que la farmacia pueda guardar y luego mostrar a la autoridad de control que corresponda, según la jurisdicción.
“Hasta ahora, hay antibióticos para los que se piden recetas archivadas y otros para los que no», explica a Clarín Isabel Reinoso, presidenta de la Confederación Farmacéutica Argentina. Y cuenta que una de las dificultades que tienen hoy es que «no siempre lo que dice la prescripción coincide con lo que la persona explica que le indicó el médico. Es decir que no les alcanzan las dosis para cubrir el tratamiento”.
Y agrega: “Ahí nos ponen en un aprieto: que no completen la toma del tratamiento no es bueno y venderles sin la receta correspondiente tampoco se puede”.
Sobre la sanción de la ley, presentada por el senador tucumano del Frente de Todos, Pablo Yedlin, durante su paso por la Cámara de Diputados el año pasado, Reinoso sostuvo que la consideran “fundamental”.
“El uso indiscriminado de antibióticos produce resistencia a los antimicrobianos. En el futuro nos va a traer un problema para curar enfermedades infecciosas. Por eso es clave esta ley, nosotros apoyamos el proyecto y participamos sumando sugerencias, igual que la Sociedad Argentina de Infectología”, aporta.
Reinoso asegura que la exigencia de la receta archivada “los ordena”. “Con los antibióticos de receta simple nos pasa que, en muchos casos, tenemos que entregar la única copia a la obra social. Este cambio nos ayuda, más allá de que es bueno para evitar la automedicación”, remarca.
Al respecto se refirió la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, quien destacó que «la resistencia antimicrobiana ya era un problema de salud pública y la pandemia no hizo más que acelerarlo y agravarlo”. Y explicó que esta ley abordará con mejores herramientas y medidas multisectoriales esta problemática que “ya es una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad”.

