El rol de la oposición en 25 de Mayo

Municipios

No debería llamar la atención que dirigentes de sectores partidarios opuestos puedan estar de acuerdo en ciertos aspectos o trabajar en conjunto en beneficio de los vecinos pese a las diferencias ideológicas que posean. Aún más en ciudades del interior como 25 de Mayo donde hay proximidad y el diálogo parece ser el camino correcto para el crecimiento de la ciudad.

Este jueves se viralizó una imagen en la que se observa al Intendente Hernán Ralinqueo junto a funcionarios municipales en el barrio Agumín donde se está llevando adelante una obra de desagües pluviales y de pavimentación. Allí aparece el concejal de Juntos por el Cambio Mauricio García y  el texto que acompaña a la foto publicada por el Secretario de Coordinación y Gestión Pública, Octavio Pavía, expresa “nos encontramos con el concejal Mauricio García y coincidimos que son obras importantes que quedan para los vecinos”.

Si bien queda en claro que es parte de la democracia poder estar de acuerdo en algunos aspectos y no en otros y que el diálogo entre dirigentes opositores no tiene por qué estar cortado, que la publicación haya llamado la atención, merece una reflexión acerca de la relación entre el oficialismo y la oposición.

Fue tanta la repercusión que en las últimas horas de este jueves, García se vio obligado a enviar un comunicado a la prensa local explicando lo obvio: “Ser oposición no es oponernos rotundamente a todo”.

“Me encontraba en el barrio y ante la invitación de uno de los funcionarios no dudé en acercarme a conversar con el Intendente y la comitiva que lo acompañaba” sostuvo García, y remarcó “lo cortés no quita lo valiente, tenemos diferencias ideológicas en muchos temas y no voy a dejar de señalar lo que no me parezca bueno para el pueblo, pero eso no debe cortar el diálogo que es la única manera de poder pensar políticas públicas que trasciendan gobiernos y colores políticos”.

Por último, manifestó que “ser oposición no es oponerse a todo, la grieta como método político constante nos termina haciendo daño en lo cotidiano, y la cercanía que antes uno podía percibir se ha ido perdiendo por esta práctica de no sentarse a discutir en un marco de respeto y tolerancia”.

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