“Pepe” Mujica cumple 87 años: un hombre que es escuchado en el mundo entero

Internacionales

El ex presidente de Uruguay recibe su cumpleaños alejado de la política. Con su sabiduría y claridad de conceptos, sus mensajes y su manera de ejercer el Poder ha llegado a todas partes del mundo y, con los años, ha sabido ponerse siempre a tono con las circunstancias.

José “Pepe” Mujica, cumple este viernes 20 de mayo 87 años. Hace pocos días y a dos años de haber renunciado como senador, expresaba que «la política no es una profesión para hacer plata; el que quiera enriquecerse que vaya al comercio o a la industria y que pague impuestos, la política es una pasión».

Mujica, que pasó doce años en prisión por formar parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, habló la semana pasada en el acto de clausura de la asamblea mundial de Emaús, que lucha contra la pobreza y la exclusión social. Ante un centenar de representantes de todo el mundo de la organización, advirtió que «frecuentemente, los pueblos, y sobre todo los más pobres, sienten estafados no sólo desde el punto de vista económico, sino también ofendidos» por las políticas de los cargos electos.

«No se inventaron las repúblicas y las democracias modernas para sostener sociedades nobiliarias, como en antaño», apuntó el ex presidente, quien recordó que «las sociedades hicieron revoluciones tras la utopía de que somos iguales».

Por eso, el que fuera presidente por el izquierdista Frente Amplio, advirtió que si la sociedad quiere respaldar la democracia tiene que estar atento y preocuparse «por cómo son aquellos que se eligen para la conducción política».

También instó a los ciudadanos a «definirse, porque se tienen que posicionar ante el dolor y la angustia de tanta gente».

Además, hace pocos días en una entrevista exclusiva que brindó para la cadena alemana internacional Deutsche Welle sostuvo que  «la vida me enseñó que no pidas lo que no te pueden dar. Ésta es una ley de la alta política, y también en las relaciones personales. Había un viejo pensador, Montesquieu, que decía por ahí que el peligro de la democracia era caer en un exceso, que por el amor a la igualdad desembocara en el despotismo. O que por el excesivo amor a la libertad terminara en regímenes aristocráticos o plutocráticos, diríamos hoy».

 «Esa vieja afirmación de Montesquieu está presente en el mundo moderno, y está en los sátrapas rusos, esos señorones platudos que se pasean en yates lujosos por el mundo. Pero no son sólo los rusos. Sobran. Están los que se van en un cohete a mirar el mundo, cuatro o cinco minutos y se dan ese lujo, y están organizando el turismo espacial. No tienen mucha diferencia con los rusos. Y está por otros lados la creciente desconfianza en la democracia de nuestros pueblos, que tienden a darle la espalda», agregó Mujica.

Además, indicó que «estoy horrorizado con algunas encuestas que se han hecho en América Latina, donde 25, 30, 35 por ciento de la población en distintos países estaría de acuerdo con un gobierno autoritario. Las masas parecen no sentir la democracia. ¿Por qué? Porque frecuentemente los políticos se han alejado de la esencia de la vida de su pueblo, y viven como marqueses, como marqueses contemporáneos, y algunos dan la idea o la imagen de que abrazaron la política para subir en la pirámide de los valores económicos y sociales, y no para cumplir la honrosa función, el sentido del honor que le asigna su propia sociedad».

«Atrás del ruido del oro van los maulas como hacienda. No hay flojo que no se venda por una sucia moneda. Menos mal que siempre en nuestras patrias queda criollaje que la defienda», concluyó sabiamente José «Pepe» Mujica.

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