Hoy es un día donde la lucha diaria continúa, donde la reflexión llama a la puerta. En Baires Centro, esto no nos es ajeno, estamos hablando de un medio compuesto y hecho por mujeres. Sí, algo tan importante como la comunicación, abordada por cinco mujeres, en una ciudad como 25 de Mayo. Mujeres distintas, claro, pero con el común denominador de reivindicar lo que somos.
Somos trabajadoras de la comunicación, cada una especializada en tareas diferentes pero a la vez dispuestas a salir de la zona de confort y expandirse. Algunos nos miran de reojo y otros saben reconocer nuestra formación y conocimientos, pero por sobre todo nuestra dedicación, esfuerzo y servicio que desde hace ya más de un año estamos brindando a la comunidad.
No somos todas iguales, cada cual tiene sus pensamientos, su ideología y está nutrida de experiencias en distintos sectores. En algunas cuestiones coincidimos, en otras pensamos diferente, pero al contrario de lo que nos sucede en otros ámbitos donde hay hombres, en este equipo buscamos que no haya falta de respeto ni falta de entendimiento y lo hacemos desde el diálogo y el reconocernos como pares.
No nos paramos con aires de superioridad entre nosotras, y mucho menos nos damos el golpe bajo de ser vapuleadas si planteamos algo racional y profesional, con cuestiones que aluden a nuestra vida privada o nuestra condición de ser mujer, como nos ha pasado en varias oportunidades al plantear cuestiones laborales a algunos hombres.
Funcionamos internamente desde la solidaridad con la otra, sabiendo que desde lo periodístico, la comunicación y el diseño podemos llegar a hacer grandes cosas. ¿Cómo cuáles? Visibilizar lo que nos pasa a las mujeres en el día a día. Estamos hablando de injusticias, maltratos, violaciones, abusos, discriminación y femicidios.
Mucho se escucha y se lee al respecto del 8M. Como todo a lo que pareciera que ya se acostumbró la sociedad, las aguas se dividen, afloran las agresiones, los insultos y se corre el eje de lo importante. No es un día festivo y hay quienes se ofenden cuando eso se aclara pero basta con pensar en el origen para dar cuenta de eso.
El 8 de marzo de 1908, alrededor de ciento treinta mujeres murieron en una fábrica en Nueva York mientras hacían una huelga en la que pedían reducir la jornada laboral a diez horas y que se les pagara lo mismo que a los hombres. Cada 8 de marzo se las recuerda y honra.
Los tiempos cambiaron, hay avances y eso no se puede negar, pero haciendo un simple ejercicio nos daremos cuenta por qué luchamos las mujeres un día como hoy. Miremos a nuestro alrededor y pensemos en lo que es salir a la calle para una mujer, lo que es llegar a su trabajo, lo que viven muchas cuando están dentro de sus propios hogares. Todas estamos marcadas por situaciones violentas propias o cercanas, desde el seno familiar, laboral o callejero.
Estas líneas no nos alcanzan para dar detalles de las muertes de mujeres producto de la violencia de género en lo que va de 2023 porque se registraron 56 homicidios en estos primeros tres meses del año. Sigue siendo alarmante.
En 1908 las mujeres luchaban por sus derechos y ciento de ellas terminaron muertas por hacerlo, 115 años después las mujeres seguimos alzando la voz y luchando para ponerle un fin a las injusticias.
Queremos salir a la calle sin miedo, queremos trabajar sin ser discriminadas, queremos hablar sin ser calladas, queremos mostrar nuestro potencial y vivir en una sociedad igualitaria y justa.