Este 25 de Noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias por Razones de Género….Eliminar, qué gran palabra y cuán lejos se está aún de que se cumpla, pero por nada debe ser una utopía, sino un objetivo a cumplir que en el camino vaya generando que poco a poco la problemática comience a ceder.
Crear conciencia y trabajar en la visibilización de las violencias sirve para que el tema se posicione como una problemática social compleja. Sin la existencia de un abordaje integral, asistencia a las víctimas, intervención inmediata y ocuparse de la masculinidad todo será en vano.
En la actualidad estamos hablando de un ataque femicidia en el país cada 19 hs. Es decir que cada menos de un día, una mujer sufre algún tipo de ataque por su condición de género. Las cifras son alarmantes: hubo 229 femicidios, 168 intentos de femicidios y 7 transfemicidios en el país en lo que va del año.
Sin embargo, no sólo son víctimas las mujeres en estos hechos. Durante 2021 al menos 168 niños y niñas perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista. Los datos surgen del relevamiento publicado por el Observatorio «Ahora que sí nos ven».
Otra cuestión alarmante es dónde ocurren estos hechos. El relevamiento arroja que el 60,6% de los femicidios fue cometido en la vivienda de la mujer que usualmente comparte con el agresor. Es decir, que en el propio hogar donde cualquier persona debería sentirse segura es donde muchas mujeres sufren ataques que terminan con su vida. Además, en el 87,7% de los casos el femicida pertenecía al círculo íntimo de la víctima, siendo la mayoría de los crímenes (65,5%) perpetrados por hombres que son sus parejas o exparejas.
Tratando de ingresar en el contexto de los femicidios, es preciso aclarar que el 16% de las víctimas de había radicado al menos una denuncia previa contra su agresor, pero sólo el 10% tenía una restricción de acercamiento dictada por la Justicia que además, la mayor parte al no tener control ni custodia, terminan siendo letra muerta, porque no logran frenar el accionar del agresor.
Pese al grito de las mujeres de “Ni Una Menos” que es acompañado por muchos hombres, las políticas de Estado no alcanzan ya que las cifras se mantienen lo que marca que la violencia sigue su curso.
Frente a este escenario, los colectivos feministas se movilizarán una vez más este 25 de noviembre con el pedido de declaración de la Emergencia en violencia de género como consigna aglutinante.
Otros tipo de violencia
En muchas ocasiones, la violencia de género tiende a reducirse al maltrato físico, pero las acciones y los tipos que abarca van mucho más allá. La ONU Mujeres clasifica estos tipos en siete bloques:
-Violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado.
-Violencia sexual.
-Violencia en línea o digital.
-Femicidio.
-Trata de personas.
-Mutilación genital femenina.
-Matrimonio infantil.
Los tipos de violencia van de la mano una con otra. Una de las mayores problemáticas en Argentina es la llamada violencia económica que se produce cuando la persona agresora intenta conseguir la dependencia financiera de la mujer prohibiéndole, por ejemplo, trabajar o recibir formación.
Por su parte, la violencia psicológica consiste en provocar miedo a la mujer a través de la intimidación, amenazarla con causarle daño físico a ella, su pareja o sus hijas o hijos –incluso a sus mascotas y bienes– u obligarla a aislarse de sus amistades, de su familia, de la escuela o del trabajo.
La violencia emocional busca la baja del autoestima de la mujer a través de críticas constantes, infravalorando sus capacidades, insultándola o sometiéndola a otros tipos de abuso verbal. También se incluyen aquí todas las acciones dirigidas a dañar la relación con sus hijas o hijos o el no permitirle ver a su familia ni a sus amistades.
En los tiempos que corren, el avance tecnológico trae aparejado un aumento de acciones de violencia digital. Este tipo de violencia abarca cualquier acto cometido, asistido o agravado por el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones (teléfonos móviles, internet, medios sociales, videojuegos, mensajes de texto, correos electrónicos, etc.) contra una mujer por el hecho de serlo. La violencia digital incluye el ciberacoso, que consiste en el envío de mensajes intimidatorios o amenazantes; el sexting, referido al envío de mensajes o fotos de contenido explícito sin contar con la autorización de la persona destinataria y el doxxing, que supone la publicación de información privada o identificativa sobre la víctima que en su mayoría son mujeres y menores de edad.
Además, no se puede dejar de mencionar que muchas mujeres son víctimas de acoso y desigualdad laboral, de “castigos” económicos y de una desigualdad en el cuidado de hijos en común cuando hay de por medio una separación de pareja.
Queda mucho por hablar y sobre todo por actuar para que las mujeres dejen de ser víctimas de violencia de género, pero visibilizar la problemática ayuda a la reflexión y a la concientización sobre una problemática de la que la sociedad toda no debe ser ajena.