El ministro habló con la prensa argentina tras reunirse con organismos de inteligencia en EEUU. Apuntó a un hombre detectado en un video, que no estaría entre los detenidos.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, aseguró hoy que el ataque contra Cristina Fernández de Kirchner incluyó tareas de “inteligencia previas” y que en los videos que registraron la escena de ese episodio se puede ver a al menos un persona que denota por sus movimientos haber recibido “entrenamiento” para llevar delante acciones de ese tipo.
“Hay actitudes que son de entrenamiento, de alguien que tuvo formación”, dijo Fernández a la salida de una reunión con representantes de organismos de inteligencia de Estados Unidos a periodistas que cubren la gira del Presidente Alberto Fernández en ese país.
“Hay un pibe en una de las filmaciones que está apoyado contra la pared mirando hacia todos lados, pero aparece el coche de Cristina y él no lo mira, sigue mirando…”, dijo Fernández. El ministro explicó que “eso sale de un mínimo de entrenamiento”, que, aclaró, considera “insuficiente”. Dijo también, que esa persona captada por cámaras de seguridad y que no está entre los cuatro detenidos por el hecho, “podría ser un policía, podría ser un gendarme”.
Fernández buscó ser cauto con sus afirmaciones, pero se animó a insistir que “hay videos”, donde se observan, “según su detalle, comportamientos que indican que hubo tareas de inteligencia y de entrenamiento”.
“Hoy tenés dos perfiles. Un perfil de (Gabriel) Carrizo y de Brenda (Uliarte) y un segundo perfil con los otros. Y otros que pueden andar dando vueltas que ya veremos cómo sigue esa película. Todos estos no tienen ni estructura económica, ni capacidad intelectual, ni capacidad de cuadro para estar preparando una cosa de esas características”, aseguró Fernández.
En la charla con los periodistas el ministro planteó la convicción de que “tuvieron preparación” pero que la justicia debe determinar “si tuvieron un mínimo de entrenamiento, que se ve en esas cosas”.
Fernández introdujo la hipótesis de la persona con entrenamiento, que estaría por encima de los detenidos en un escala jerárquica, pero a la que no identificó.
Con el hallazgo de nuevos mensajes en el teléfono de Gabriel Carrizo, al que se señala como jefe del emprendimiento de vendedores de copos de azúcar, volvió a plantearse la preocupación por lo que ocurrió con el teléfono de Sabag Montiel, que por lo que se presume una impericia fue reseteado a fábrica. En su estadía en Nueva York, que incluyó una reunión en el FBI, Fernández aseguró que hubo un ofrecimiento para tratar de recuperar la información perdida.
Fernández contó que recibió el ofrecimiento y que se lo trasladará a la jueza María Eugenia Capuchetti (DIB).