Por medio de la presente queremos hacer público el hostigamiento y mal proceder llevado adelante por la secretaria de gobierno municipal contra nuestra organización.
Este viernes, la secretaria de Gobierno del municipio, Mercedes Squillaci, esposa del actual intendente, se comunicó telefónicamente con uno de nuestros referentes nacionales, Franco García Dellavalle, para cuestionar la construcción del Salón de Usos Múltiples (SUM) ubicado en calle 20 4 y 5 número 328. El conflicto se deriva de la consideración de la municipalidad sobre la “ilegalidad” de haber realizado la construcción sobre un terreno municipal.
Aclaramos a la funcionaria, que dicha construcción se realizó con acuerdo de un comodato firmado con la gestión anterior, que incluía además la constitución de una simple asociación a los fines de gestionar comunitariamente el espacio tal y como lo han realizado otras instituciones sociales de nuestra comunidad.
La secretaria en muy malos términos nos advirtió que “íbamos a ser desalojados y que la municipalidad iba a dar destino de oficinas para que funcione en el lugar la Secretaría de Capital Humano”. Le solicitamos en esta comunicación con Squillaci que notifique tanto a la asociación civil como a nuestra organización de la decisión tomada y que nos dé una explicación formal para poder discutir seriamente sus argumentos, formas que se le olvidaron a la funcionaria.
Evidentemente el trabajo que hicimos, le debe haber resultado muy atractivo porque durante la mañana de este sábado (27 de enero) procedió a irrumpir en el lugar y cambiar las cerraduras del espacio comunitario que con muchísimo esfuerzo construimos junto a nuestros vecinos/as. Para construirlo, no pedimos un solo peso a la gestión municipal anterior y no recibimos de la misma más que auditorias técnicas sobre el desarrollo del proyecto.
El destino del espacio comunitario nos preocupa. Teníamos planificado para el mismo una larga lista de proyectos sociales y comunitarios con destino a niñeces y nuestros jóvenes del barrio. Sin embargo más nos preocupa y alerta los ribetes despóticos, violentos y prepotentes que está asumiendo un gobierno que ganó hace menos de tres meses las elecciones por una decena de votos.
Nuestra organización, Nuestramerica, hace al menos nueve años viene acompañando el desarrollo comunitario de nuestro pueblo con distintas iniciativas, fortaleciendo muchos proyectos de interés general y social. Entre los más trascendentes están la Red Puentes, una cooperativa de trabajo con más de treinta y seis sedes que acompaña y cuida, junto a la SEDRONAR, a miles de jóvenes a lo largo de todo el país. Nuestra organización también colaboró, en estos años, activamente y apoyo el desarrollo de varias cooperativas intentando generar puestos de trabajo genuino para los sectores más humildes de nuestra comunidad. De estos esfuerzos nació la panificadora Dignidad pero asistimos también a varias cooperativas de trabajo de iniciativa particular, les colaboramos con donaciones de telas en caso de las textiles, acompañamos a otros tantos fortaleciendo sus proyectos con programas de distintas característica como la entrega de créditos a tasa cero para la compra de sus maquinarias. No vamos a enumerar taxativamente a quienes porque las medidas que el gobierno de nuestra ciudad ha decidido tomar, en una bochornosa muestra de exhibicionismo impúdico y despótico del ejercicio del poder, ya ha logrado asustar a varios y no queremos comprometer con nuestras palabras a nadie.
Los gobiernos pasan y los pueblos trascienden las gestiones, también algunos edificios.
Estamos convencidos que más temprano que tarde el gobierno deberá restituir la legitima posesión del proyecto a quienes con tanto esfuerzo colectivo lo hemos llevado adelante.
La irrupción en el inmueble se llevó adelante sin notificaciones, sin legalidad, sin ningún tipo de discusión entre las partes. Hemos solicitado audiencia con el señor Intendente en varias oportunidades, todas han sido denegadas.
Hasta el momento, nuestra organización, pese a haber estado muy en desacuerdo con las iniciales medidas de gobierno, (el despido masivo de cientos de empleados municipales), preferimos asumir la cautela como actitud y guardar cierto respeto porque entendemos donde vivimos. El respeto, el diálogo y el consenso son fundamentales para habitar nuestra ciudad, no vivimos ni queremos hacerlo como en la Ciudad de Buenas Aires ni como en el conurbano. Sin embargo hasta acá llegamos. Es imposible sostener buenas relaciones con quienes solo ostentan la infamia por escudo. Ponemos a disposición de nuestra comunidad la totalidad de las facturas con las que nuestro proyecto fue construido, forma en la que acreditamos la genuinidad de nuestro reclamo. Esperamos que el debate público de los hechos terminen por permitirle al intendente de nuestra ciudad y a su esposa y secretaria de Gobierno desistir de hostigar y entorpecer el trabajo de quienes a diario abrimos las puertas de nuestros espacios para tener una comunidad integrada, solidaria, libre de mentiras y malos hábitos. También hacemos público que el proceder municipal lejos de traer calma y tranquilidad a nuestro pueblo está generando angustias y miedo, advertimos que estos sentimientos sostenidos en el tiempo se transforman en resentimiento y cosas peores.
Como fuerza viva de nuestra comunidad, llamamos a la reflexión y solicitamos al municipio de la ciudad que cese con los hostigamientos hacia nuestras iniciativas comunitarias y hacia cualquier integrante de nuestra organización. Solicitamos también a los sectores más racionales del gobierno, a varios conocidos de la UCR y allegados que acompañaron la lista que auxilien en la reflexión al nuevo intendente. Al Sr intendente y su esposa Funcionaria les solicitamos, que asuman su rol con decoro, humildad y racionalidad. Para malestares y problemas ya tenemos bastante con las decisiones que a diario toma el Sr. presidente de la Nación quien no para un segundo de atentar contra toda legalidad e institucionalidad vigente. Seguir esos pasos en una comunidad como la nuestra no parece sano para nadie.