Tres sobrevivientes del último Golpe de Estado nos contaron su historia: “algo de esto va a quedar en los jóvenes”

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Se acerca un nuevo aniversario del último Golpe Cívico Militar y, desde Baires Centro, dialogamos con ex detenidos durante la Dictadura en Olavarría, que visitaron 25 de Mayo. La lucha por la Justicia es lo que llevan como bandera y lo que intentan replicar en las charlas que tienen con la juventud actual.

Carmelo Vinci, Carlos Genson y Eduardo Ferrante, son miembros de la Comisión por la Memoria de Olavarría y ex detenidos durante la Dictadura que comenzó en 1976 y este viernes visitaron la ciudad de 25 de Mayo donde participaron de una jornada de cine debate con jóvenes en el marco del 46° aniversario del último Golpe Cívico Militar. Tras la charla, fueron entrevistados por Baires Centro, donde a través de un interesante relato contaron su experiencia, sus pensamientos y dejaron reflexiones para el presente.

Carmelo Vinci comenzó contando que “los tres estuvimos primero desaparecidos, y después detenidos, en el año 1977, durante el Golpe” y comentó que al principio “estaba de alguna manera esto de por qué te salvaste, el tener que explicar por qué te salvaste y no te mataron a vos, dicho así cruelmente, era una carga para nosotros”.

En ese sentido, explicó que tras la detención que se dio en Monte Peloni, “nosotros salimos fortalecidos, nos afianzó haber estado con nuestros compañeros, salimos más fuertes e incluso con más conciencia política que cuando caímos presos. El hecho de haber transitado en un lugar donde se ejercía la solidaridad entre nosotros, donde nos cuidábamos entre compañeros de que no nos denigraran, nos formó y nos dio más integridad y por eso salimos a militar”.

En relación al rol que tuvieron, Carmelo manifestó que “nosotros sí pudimos seguir hablando del tema y entendimos que éramos parte importante en ese momento, aunque nos dimos cuenta después, porque habíamos sido testigos de lo que sucedía en las cárceles, es decir cómo fue la represión en las cárceles” y agregó que “cuando estábamos en los centros de detención vimos pasar a compañeros que después estaban desaparecidos, que fueron desaparecidos. Y desde el sistema represivo se dijo que nunca los habían detenido”.

“Por eso testimoniamos en los juicios para que se haga justicia de alguna manera, para que se pueda condenar a los que fueron los responsables de esas desapariciones, el tema de la verdad por un lado y además, este tema de la memoria”, explicó.

En relación a ello, aclaró que “recurrimos a la justicia porque primero intentamos resolverlo políticamente y no pudimos hacerlo. En Olavarría cuando la Ley de Obediencia Debida y Punto final fue impuesta había pocos juicios que estaban en danza que se cortaron en ese momento. Y cuando un intendente de Olavarría puso a un represor en un cargo público se lo cuestionó y se le dijo desde los ex detenidos que esa persona que había puesto en Control Urbano había sido represor en Monte Peloni, y el intendente nos acusó de querer armar una operación política y no nos hizo caso, nos dijo que vayamos a la justicia”.

“Ahí fuimos a la Justicia porque creímos en la Justicia. Siempre trabajamos en función de que se resolviera por la Justicia legal y logramos hacer dos juicios”, completó y subrayó que “producto de la militancia logramos que Olavarría sea uno de los primeros lugares en donde se hicieran los juicios”. En ese punto, destacó que Argentina es un ejemplo por juzgar a genocidas.

Por su parte, Eduardo Ferrante, se refirió a lo que sucedía en el interior de la Provincia, donde se “hablaba” menos que en las grandes urbes donde lo sucedido durante aquellos años se hacía más palpable: “las cuestiones eran escondidas y los juicios que se hicieron en Olavarría, así como la aparición del nieto de Estela de Carlotto –Ignacio Montoya Carlotto- que también se dio allí, permitieron que se pudiese visibilizar mucho más esa realidad que en su momento no estaba visibilizada en el interior. Hasta se acercó gente a decir que sabían cosas pero no se animan a hablar antes”, contó.

Además, dijo que “también sirvió el trabajo de algunos gremios docentes porque lograron llevar a los alumnos de escuelas a presenciar el juicio que se hizo en Olavarría y eso tuvo una dimensión multiplicadora”.

Volviendo al pasado, explicó que “no fue fácil, durante años, porque nuestros familiares cuando estuvimos desaparecidos, y después detenidos, recibieron una apatía muy grande de una gran parte de la sociedad que actuó alejándose, dejándolos solos”.

En ese sentido, aclaró que “cada uno de nosotros vivió realidades distintas. Cuando salimos en libertad cada uno de nosotros fue evolucionando y hoy tenemos más coincidencias que diferencias. Cada uno fue evolucionando como pudo, con la ayuda de la familia, psicológica, de los organismos de Derechos Humanos, y algunos sin ayuda”.

“Por eso yo no me siento con derecho a veces de juzgar actitudes de otros compañeros o de personas que actuaron mal cuando estuve desaparecido porque el miedo que generó la dictadura militar fue demasiado y algunos de sus objetivos logró”, sostuvo y se preguntó: “¿sino por qué algunos jóvenes hoy apoyan a los libertarios?”.

Carlos Genson contó cómo se dieron las acciones en el tiempo: “cuando salimos de la cárcel comenzamos a formar lo que se llamaba la Asamblea de Derechos Humanos en Olavarría, y a nivel nacional se formó la CONADEP para hacer las denuncias porque lo que queríamos saber era más que lo que nos había pasado a nosotros: qué era lo que les había pasado a  aquellos compañeros que habían secuestrado juntos con nosotros y no sabíamos dónde estaban y que en ese momento todavía podían estar con vida”.

Asimismo, mencionó que “cuando fueron los indultos de Carlos Menem pensamos ‘se terminó todo’ y comenzamos una lucha silenciosa con varios compañeros y compañeras para armar actividades, cada vez íbamos avanzando más” y resaltó que “la asunción de Néstor Kirchner cambió nuestra historia -y la nacional- con su política de derechos humanos, de memoria, verdad y justicia que sigue hasta ahora y pegó en la sociedad, así logramos hacer los juicios”.

Tras la proyección de la película “La Noche de los Lápices” en el Teatro Español de 25 de Mayo y luego de la charla-debate con los jóvenes que asistieron, los tres sobrevivientes resumieron que “algo de lo que vieron hoy, algo de lo que escucharon, va a quedar en estos jóvenes”.

Los tres sobrevivientes junto al Intendente de 25 de Mayo en la Casa de la Cultura.

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