El dirigente del peronismo, Ezequiel Sinnott Blanco, con ese título se refirió a la anulación de la elección de Delegados en las localidades del interior del Partido de 25 de Mayo por parte del flamante Intendente Ramiro Egüen. A través de una nota de opinión dejó plasmado su punto de vista opinión al respecto.
El texto completo:
“Jactarse de paladines y guardianes de los valores democráticos para la tribuna es totalmente lo opuesto a lo que claramente sería la primera muestra (ya en gestión de este panradicalismo) de intolerancia a lo popularmente elegido en nuestro interior distrital.
Ampliemos la idea. El poder centralizado en ciudad cabecera siempre tuvo con sus localidades del interior una deuda pendiente en estos históricos 40 años de vida democrática ininterrumpida. Ese guante lo tomó la gestión del intendente Hernán Ralinqueo en abierta convocatoria a dirigentes de diversas fuerzas políticas, vecinos, instituciones intermedias y fuerzas vivas de la comunidad.
Desde allí se avanzó en un formato electivo no vinculante pero de relevancia organizativa y participativa horizontal e igualitaria. Un modelo a desarrollar seguramente pero reparador en principio para con nuestros vecinos del interior que solicitaron siempre a toda gestión municipal, sea del color que sea, ‘poder elegir al delegado de su localidad’ o sea, palabras más palabras menos, el equivalente a: ‘En democracia, más democracia’. Bien…ese día llegó y se llevó adelante cumpliendo con los requerimientos de la conformada Junta Electoral y quedará en el calendario como un día histórico para todos.
Un hecho que marca un salto importantísimo en materia de calidad institucional, transparencia y federalización en relación a la representatividad popular. Un avance democrático que claramente podrá siempre mejorarse y evolucionar pero es absurdo e innecesario obliterarlo, anularlo y desconocerlo tal cual lo hizo esta gestión radical.
Esta obtusa negación, hoy atrasa. Lo que se debería haber hecho en su momento es simplemente: ‘Participar’, tal cual se convocó públicamente. Ese es el ejercicio cívico necesario y no abusar del margen legal y, desde allí, desoír el comienzo de una reparación histórica.
Un retroceso práctico político de un flagrante bravucón”.