Una fiesta sin precedentes aunó lo mejor del teatro de la región, donde el público pudo disfrutar de 12 propuestas de todos los rincones de la 7ma y que culminó con la elección de «Adiós antihéroe», el unipersonal oriundo de Lobos que nos representará en la Provincial.
Por Camila Torrilla Zuffanti.
Se apagan las luces, suena el inicio de una canción de Queen y una voz nos anuncia algo que para muchos de nosotros era solamente uno de esos sueños remotos: Bienvenidos y bienvenidas a la Fiesta Regional de Teatro Independiente en 25 de Mayo.
No es un secreto que los veinticinqueños seamos teatreros. Desde la Escuela de Estética, semillero eterno de actores y actrices, hasta el Taller de Arte en su histórica esquina, donde se formaron gran parte de los artistas que hoy colman los espacios teatrales de la ciudad. Sin embargo, la gestión en conjunto entre el Consejo Provincial de Teatro Independiente y la Municipalidad de 25 de Mayo hizo que este fin de semana sea algo que pocos vimos venir.
Decenas de artistas de toda la región recorrieron las calles de 25 de un lado al otro, y llenaron a tope las salas de la EEE N°1, Ciclos Multiespacio y el Taller de Arte. Además de un público local con muchas ganas de alimentarse de esto que ofrece el teatro.
Porque no es «moco de pavo», cómo dirían por ahí. El teatro tiene, como todo arte, un costado humano que prevalece y se sostiene más allá de cualquier tipo de competencia o jurado. ¿Qué tengo para decir? ¿Cómo lo voy a decir? Y un público hambriento y dispuesto a escuchar. Los grupos de Azul, dialogando con los de Saladillo, actores de Olavarría felicitando entre lágrimas a sus colegas de Lobos, mientras cenan y sonríen, y agradecen por estar juntos una vez más. Después de más de 2 años, hoy nos encontramos, nos abrazamos y lloramos juntos. El calor del encuentro hace que nada sea más importante.
El qué decir y cómo decir tiene tantas traducciones como artistas en el mundo y el abanico de propuestas de este fin de semana fue un claro ejemplo: desde teatro de objetos, comedias de enredos, infantiles, teatro experimental y textos en lenguaje inclusivo, hasta esas preguntas que nos hacemos entre sueños, las ausencias, las presencias, la muerte, la vida, la memoria, el adiós. Nada se compara a una buena historia y, fundamentalmente, a una buena pregunta.
En una de las tantas charlas que se dan en estos encuentros tuve la oportunidad de hablar con Marcelo Curotti, delegado regional del CPTI y comentaba la importancia de las políticas de estado que apoyan, y que hacen que «en vez de tener una fiestita tengamos un fiestón». Ese nexo entre el arte, la gestión y la militancia estuvo encarnado en Sergio «Pasta» DioGuardi, un artista que interpreta las dificultades y necesidades de otros artistas, valorando su importancia y resignificando todo el tiempo su tarea como Director de Turismo y promoción Cultural en el municipio, un municipio que entiende el carácter irremplazable del arte y le da el lugar que merece. Entre él, el Secretario de Cultura José Luis Canullan y los encargados de cada una de las salas, se pusieron al hombro la tarea de hacer de esta una fiesta memorable, dejando la vara muy alta para futuras ediciones.
Si hay algo con lo que nos quedamos de este fin de semana es que, en un mundo donde el individualismo y la competencia son moneda corriente; existen lugares raros y bellos donde el encuentro, el disfrute y la hermandad siguen siendo lo más importante.
La ganadora «Adiós antihéroe»: lo bello en las ausencias
Tuve el privilegio de ver a quien representará a la región en la Fiesta Provincial de Teatro Independiente, el unipersonal de Alba Virgilio: » Adiós antihéroe «. Un relato tan íntimo y a la vez tan universal.
En el contexto de la pandemia las ausencias son ese dolor que si bien se hace cotidiano nunca nos dejó acostumbrarnos del todo. ¿Qué nos queda cuando todo se fue? ¿Cuánto del recuerdo vale la pena recordar? ¿De qué me arrepiento ahora que solo existe el dolor y los remordimientos?
Las pérdidas, las ausencias, el absurdo de los recuerdos. Todo abordado de una forma tan sutil cómo contundente. Un trabajo sublime de la artista que conjuga distintos lenguajes y distintas disciplinas en una misma propuesta revalorizando lo contemporáneo y reivindicando una vez más el rol del arte y la cultura. La contundencia del dolor bien contado, que si bien es personal, se vuelve colectivo y que dejó a un público sensibilizado y un jurado conmovido, llevándose a casa además los reconocimientos por mejor actriz, mejor dirección y mejor espectaculo.
