Desde la colectiva “Vivas Nos Queremos” de Saladillo pegaron el portazo en el Consejo Local contra la Violencia de Género y Familiar con fuertes cuestionamientos al Gobierno Municipal y el espacio de la UCR, asegurando que “los proyectos que no prosperan son trabados por el propio Municipio, o su estructura que es la UCR”.
El comunicado completo:
“NO es prioridad: el Estado Municipal de Saladillo y las políticas de género y diversidades.
Hemos comunicado que no seguiremos participando de dicho ámbito y queremos contar por qué.
El Consejo Local contra la Violencia de Género y Familiar debería ser, a nuestro entender, un espacio plural y participativo de construcción de políticas públicas vinculadas a este flagelo que día a día se lleva vidas, somete, vulnera, condiciona a mujeres y diversidades.
Venimos participando, poniendo nuestro tiempo, ganas e ideas con el objetivo de avanzar en este sentido, de construir una sociedad más justa, aportar herramientas, estar disponibles para dar la mano, pero con el correr del tiempo han logrado mellarnos la voluntad, quitarnos las ganas de participar, e indignarnos ante las decisiones que desde el Poder Ejecutivo Municipal y el oficialismo en el HCD se toman, sin respetar ni considerar el trabajo que se pone en cada aporte desde este Consejo Local y quienes lo integramos.
Asistimos a contradicciones, tiempos y esperas interminables, excusas y desconsideraciones que nos retrasan sistemáticamente y demuestran, una vez más, que el Estado local no está a la altura de las circunstancias en materia de género. Dice estarlo, pero en términos reales está muy lejos de poder construir y apuestan a destruir u obstaculizar.
La mentira como acción
De las tantas situaciones ocurridas, hubo un hecho que terminó de desencadenar esta decisión que hemos tomado y que nos abrió los ojos con respecto a lo que en verdad quiere el Ejecutivo Municipal, concejales y concejalas de la UCR: Distraernos para que nada suceda.
Concretamente, en el ámbito del Consejo se construyó colectivamente un protocolo para abordar los casos de violencia de género, esta construcción fue producto del trabajo, la dedicación, las discusiones y consensos a los que arribó el Consejo local (donde hay representantes del Ejecutivo Municipal, y concejalas de la UCR que allí dieron el visto bueno para que avance dicho proyecto).
Lamentablemente, entre que este protocolo salió del Consejo y pasó al ámbito legislativo, alguien lo modificó sin avisar, sin consultar, obviando en este nuevo texto cosas que para nosotras y el Consejo son importantes.
Queremos dejar en claro que no es que no quisimos, no es que no participamos, pusimos mucho para que este ámbito funcione, pero hemos visto con nuestros propios ojos cómo el Ejecutivo Municipal y sus concejales, trabajan en ese ámbito priorizando su propia estructura en lugar de priorizar a las mujeres y su avance en la conquista de derechos. Hacen lo que les mandan y no se imponen ni siquiera hacia dentro de sus propios espacios.
Si observamos los últimos tratamientos en materia de políticas de género en el HCD de Saladillo, verán que sólo se aprobaron aquellas que ellxs deciden y no tiene el Consejo Local posibilidad alguna de imponer nada (una vez más utilizan la mayoría para hacer daño en lugar de hacer el bien).
Los proyectos que no prosperan son trabados por el propio Municipio, o su estructura que es la UCR. Entonces dicen que trabajan mucho en materia de género pero no pueden sostener ni el mínimo acuerdo para avanzar juntas.
Fuimos a trabajar con el Municipio pero nos sentimos que no hay intención de construir algo real, sino más bien establecer una vidriera que diga ‘trabajamos en políticas de género’, pero es una mentira”.
