Los días posteriores a la elección del 14 de noviembre pasado transcurren con una relativa tranquilidad para la mayoría de la comunidad veinticinqueña preocupada por el final de año y el cierre del ciclo lectivo, y qué hacer en vacaciones, pero dentro del mundo político se maneja una gran ansiedad.
Tanto para el oficialismo como para la oposición será determinante la sesión preparatoria del Honorable Concejo Deliberante que tendrá lugar el próximo 9 de diciembre. Allí, nada más y nada menos, se determinará quiénes serán las autoridades del honorable cuerpo por los próximos dos años.
La sesión en cuestión será presidida por el concejal de mayor edad de la fuerza ganadora, es decir el espacio Juntos (Claudia Lobosco), y en términos prácticos el HCD se podrá convertirse en un “facilitador” o un “bloqueador” de la gestión del Intendente Hernán Ralinqueo, más allá de las ineludibles tareas de contralor y demás funciones que ejerce esta importante institución de la vida política local, hoy presidida por la concejal del oficialismo Cecilia Pezzelatto .
Un rápido pantallazo permite visualizar la situación. Juntos ha perdido un concejal respecto a la legislativa 2017, su campaña se basó principalmente en eso, que la unidad de los espacios de Sergio “Kako” Mansilla y Ramiro Egüen lograrían cinco lugares en el HCD, así lo imprimieron en toda la cartelería y gráfica de campaña y hasta se animaron a decir que podrían ser seis lugares, pero llegado el domingo 14 de noviembre por la noche los resultados fueron distintos a los que esperaban, obteniendo sólo cuatro nuevas bancas de las ocho que se renovaban.
Si bien Juntos ganó la elección, no le alcanzaron la cantidad de votos para llegar al concejal número cinco y de esta manera, el frente opositor se quedó con cuatro ediles al igual que el oficialismo.
Pasando en limpio, ante esta paridad, el HCD quedará con siete concejales de Juntos, ocho del peronismo y una aliada del bloque Masx25. Eso hace que en los últimos días la atención y la energía del frente opositor, habiendo perdido un concejal en lo electoral, se ubique sobre la concejal Gisela Más, que según las cuentas podría torcer la balanza en la votación de autoridades.
La campaña no cumplió el objetivo de Juntos, ya sea por un slogan donde prevalecía el número cinco o por la cabeza de lista que no llegó a tener la imagen positiva que pretendían. Algunos se preguntan por qué Marcelo Landaburu que tenía mayor imagen y conocimiento que Mansilla no fue el candidato, hay quienes explican que no se quiso repetir el candidato de 2017. Asimismo, desde el oficialismo salieron a cuestionar el cargo público en el Tribunal de Cuentas de la esposa de Mansilla y a denunciar a la entonces segunda candidata Giana Fuentes por la apropiación de una calle y un campo (campaña de “Mala gente” que hizo el Frente de Todos). Cuestiones que pueden haber influido en que Juntos no logre su objetivo.
Todo puede ser pasible de análisis, ahora bien, resulta que el cometido no pudo ser cumplido y Juntos salió en búsqueda, de una manera un tanto desordenada, de una alternativa no analizada hasta varios días después de la elección: volver a incorporar a la concejal Gisela Más a sus filas.
Pero se advierte en el análisis imperante que no es más que la proyección de los deseos y expresiones de una parte de la dirigencia de Juntos que dice que Gisela Más podría renunciar a su banca a cambio de un lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, desde donde provino, pero paralelamente también denunció que fue objeto de amenazas y llamadas, un tanto extorsivas.
Saliendo de estas expresiones sesgadas, puramente de deseos, se pueden hacer otros análisis. Hay que preguntarse si Gisela Más, después de haber sido expulsada públicamente del espacio de Cambiemos pidiéndole la renuncia por los medios de comunicación en el año 2019 luego de terminada la elección donde se volvió a imponer el Intendente Hernán Ralinqueo y ahora en esta oportunidad siendo tratada como una segunda opción; no espera otros gestos que desanden el camino y eso no se logra de un día para otro.
Claro está que no se trata de la negociación de un cargo, sino contención, lugar de participación y por sobre todas las cosas lugar de decisión alguien que confió en la dirigencia de su espacio y desembarcó lejos de su hogar para construirlo, algo que no habían podido lograr los dirigentes locales del Pro.
¿Acaso alguien cayó en la cuenta que es una mujer con poder y lo va a ejercer? La dirigencia pareciera que está próxima a repetir el error, con denuncia de amenazas y agresiones incluidas (que están siendo investigadas) sobre su votación el próximo 9 de diciembre, el camino de ninguna manera es el correcto.
Por otro lado, Más, habiendo sido destratada y vilipendiada de la forma que lo fue por algunos militantes de la UCR y también por los dirigentes de Cambiemos responsables del armado en 25 de Mayo, tras haber sido ellos mismos los que negociaron su incorporación a la lista de concejales que llevó de candidato a Intendente a Martn Torre en 2019, fueron los que la expulsaron públicamente de Cambiemos en aquel entonces. Incluso habiendo dado el visto bueno a su espacio para que acompañen a un candidato propio del Pro a la Presidencia del HCD, todo de acuerdo con el Intendente Hernán Ralinqueo.
De haber expuesto el sinnúmero de reuniones mantenidas en la previa del año 2019 de una parte del espacio Cambiemos y de la opinión de los concejales Paulo Bernardo y Aldana Vega sobre los demás ediles seguramente habría volado Cambiemos por los aires. En ese momento se salvó por el decoro de sus compañeros del espacio y también la actuación de los armadores seccionales.
Gisela Más, durante estos dos años, esperó un gesto que nunca llegó y en la última sesión pidió que se la trate con el mismo respeto que ella ejerce. No resulta un dato menor que durante este tiempo no se caracterizó por ventilar las cuestiones y reuniones privadas del espacio donde fue expulsada así como también respetó el acuerdo de votar a Paulo Bernardo, representante del Pro, como Vicepresidente del HCD.
Por ahora las negociaciones por parte de Juntos pareciera que tienen dos patas, por un lado la violencia inusitada desatada desde algunas líneas de adeptos a Juntos, además de los memes, mensajes con insultos y notas marcando su error y señalando con bastante soberbia e intolerancia el camino que debe tomar y por el otro lado estos mismos dirigentes son los que apelan a contactos nacionales para convencerla de que debe volver a su espacio y que es ahora o nunca.
Es así que en el centro de la escena política están los errores de una dirigencia un tanto machista de Juntos, que luego de ningunear y maltratar públicamente a una concejal de su espacio, sin buscar el diálogo, insultó su desempeño y capacidad de la peor manera: la expulsó del espacio. Y ahora a dos años y luego de pasada una elección legislativa donde claramente no pudo cumplir su objetivo electoral, sale a la caza de un voto utilizando las mismas prácticas que llevaron al alejamiento de la concejal. Todo indica que esto fortalece a Gisela Más como una dirigente local, como una oposición crítica dispuesta al diálogo con el oficialismo al momento de acompañar las cuestiones importantes de 25 de Mayo.
Seguramente Gisela Más, en este momento, estará en diálogo con dirigentes de Juntos negociando su participación en el futuro, no sólo porque se ve con comodidad en ese espacio, sino que allí reside su origen y entiende a esta altura que el espacio necesita en 25 de Mayo otra representación, otra forma de trabajo y otra gente. Recordemos que hoy la ex Intendenta Victoria Borrego también es una dirigente nacional de Juntos por el lugar que ocupa y por estas horas interesada más que nunca en la política local.
El 14 de noviembre dejó muchos análisis y panoramas, que se empezarán a cristalizar a partir del 10 de diciembre. En política no está todo dicho, quizás es un nuevo comienzo y además costaría pensar que el Intendente no tiene planificado el 9D pese a su silencio al respecto.
El 10 de diciembre por las reglas de los reacomodamientos de la política comienza una nueva etapa en Juntos y quizás nuevos actores en la política también, nuevos aliados y nuevos adversarios.